Desde que recordamos los perros han estado al lado de los humanos, ayudando en la caza, el pastoreo, en la vigilancia del hogar… pero sin embargo, es poco lo que sabemos acerca de dónde proceden.
Actualmente hay unas 400 especies de cánidos domésticos perteneciendo todas ellas a la especie Canis familiaris.
La teoría mas extendida al respecto es que provienen del lobo, de hecho se pueden entender muchos comportamientos perrunos simplemente pensando como interactúan los lobos en manada. También se barajan las posibilidades de descendencia de chacales y zorros.
El proceso domesticación del lobo pudo haber surgido por vivir este alrededor de los primeros hombres, habiendo evidencias históricas de que en Europa, hace más de 10.000 años el hombre utilizaba el perro como alimento, por lo que es posible que convirtiese al lobo en perro doméstico para obtener comida.
A su vez, los lobos se alimentaban de los desechos de los humanos o les robaban directamente la comida, siendo posible que estos adoptasen algún ejemplar, iniciándose así el proceso de domesticación.
La estructura jerárquica de su sociedad les permitió adaptarse mejor a la del ser humano.
El perro, por naturaleza, es un animal de manada y como tal necesita sentirse miembro de un grupo, de una escala jerárquica. Veía en el hombre un alfa al que seguir que le proveía alimento y lo mantenía seguro.
A medida que estos se iban adaptando a los asentamiento humanos, desarrollaron una tendencia más domesticable. Al no tener que cazar y matar piezas grandes y pasar de una dieta de carne a una constituida por los desechos provenientes de la alimentación de los humanos, fueron desarrollando dientes y cerebros más pequeños ya que requerían de menos proteínas y menos calorías para su crecimiento y sustento.
Desde finales del siglo XX, el perro se integra totalmente en la sociedad y se empiezan a realizar estudios sobre su comportamiento y morfología.
El perro al nacer forma parte de un conjunto, el cual está formado por su madre y sus hermanos principalmente. En este momento que es un cachorro adquiere la mayor parte de su carácter, el cual dependerá de la genética propia del perro y las experiencias y vivencias del mismo. Dentro de los instintos del perro se encuentran el de caza, reproducción y territorialidad. Uno de los juegos que desarrolla con sus hermanos es el de la lucha, mediante el cual se escalonan dentro del grupo y marcara el futuro de los mismos dependiendo del lugar que ocupen.
Las experiencias vividas en el medio ambiente en que se desarrolla permitirán al perro adaptarse en más o menos medida al mismo. Así pues los estímulos a los que sea expuesto el animal junto con su reacción ante ellos, determinarán la sociabilidad y/o adaptación al medio en el futuro.
Los propietarios de estos animales deben de comprender que el hecho de tener un perro implica una responsabilidad ya que debemos de satisfacer sus necesidades. Dependerá de nosotros el proporcionarle comida, cobijo, seguridad y sobre todo cariño, pero como animales que son también debemos ser conscientes que necesitan una obediencia y un aprendizaje para ser socialmente aceptados por el resto de personas que forman parte del día a día del perro.
Un perro socializado podrá jugar con los demás sin miedo a que pueda surgir una agresión no justificada hacia otros perros o hacia las personas. Se ha de reconocer que en los casos que todo el mundo ha oído en televisión sobre ataques de perros hacia personas, la tendencia es cogerles miedo y pensar que son peligrosos. No debemos olvidar aquellos casos en los que es el humano es el que pega, y nuestro primer pensamiento aquí es de compasión hacia el animal. La conclusión que podemos sacar se traduce a un desconocimiento del lenguaje que nuestros amigos usan con nosotros para comunicarse y que nos dificulta el trato con los mismos.
Seguramente que la pregunta más utilizada por el ser humano ante unos comportamientos de su perro sea: ¿no entiendo por qué hace esto?. El lenguaje que utiliza el perro está perfectamente definido siendo fácil de observar, ahora sólo nos falta comprenderlo.
La psicología nos ayudará a comprender al perro y sus comportamientos, lo que nos permitirá adelantarnos, en muchos casos, a sus respuestas.