Son conductas repetitivas, que siempre tienen la misma secuencia y, sin embargo, no poseen ninguna función. Es decir, el perro desarrolla el mismo comportamiento una y otra vez sin que éste vaya encaminado a conseguir algún fin concreto.
Normalmente estos comportamientos provienen de un estado de frustración o estrés al que el animal se ha visto sometido durante un tiempo y que le causa una incapacidad para saber que es lo correcto y como escapar a esa situación.
Es un comportamiento antisocial, que dificulta la convivencia en la familia. Estas conductas pueden ser ocasionadas por diversos factores, y con un tratamiento adecuado, mejora la calidad de vida del perro y de los dueños.
En los animales en libertad no se observa este tipo de conducta. La domesticación y, sobre todo, el confinamiento en perreras o lugares pequeños, dan lugar a una conducta anormal.
Las conductas más frecuentemente observadas son las siguientes:
* Morderse el rabo o Tail-chasing: dan vueltas sobre sí mismos y a veces se causan lesiones más o menos graves por mordedura.
* Dermatitis acral por lamido: se trata de lamerse compulsivamente sobre todo las extremidades (carpos) y los, incluso mordiéndoselos, siempre sobre el mismo punto y sin parar llegando a producirse heridas y ulceraciones. Aquí habría que descartar primero otros tipos de dermatitis que puedan causar esas lesiones realizando un estudio dermatológico completo.
* Cazar moscas o cazar bichos: miran fijamente a un punto e intentan morder algo en el aire. Algunos animales desarrollan una conducta consistente en perseguir sombras o luces de manera muy repetitiva
* Síndrome del perro enjaulado: caminar de un lado a otro de la jaula, acompañado o no de ladrido. Los perros alojados en perreras durante largos periodos presentan varios comportamientos anormales, repetitivos o “estereotípicos”, como andar en círculos, andar de un lado a otro, saltar las vallas o ladrar.
* Agresión autodirigida: gruñidos o ataques dirigidos a sí mismos, hacia alguna parte de su cuerpo (patas o rabo), o hacia objetos inanimados, como su plato de comida.
* Pica: se produce cuando nuestro perro ingiere sustancias u objetos que no son propios de su alimentación habitual. Otra clase de pica muy frecuente, junto con la coprofagia, es la ingestión de piedras. Es una conducta normal de exploración en los perros jóvenes y por eso es mejor proporcionar un entorno enriquecido variado que satisfaga las necesidades de exploración.
* Polidipsia: Consiste en un exceso de consumo de agua causada por estrés. Como algunas otras conductas, el juego con el agua y su consumo pueden volverse compulsivas. Esto es evidente cuando el juego con el agua sustituye una variedad de otras actividades importantes anteriores y al animal se le distrae de ello progresivamente con más dificultad.
* Polifagia: Es la ingestión de una cantidad de alimento superior a la normal. Puede ocurrir cuando haya un cambio en el ambiente.
En algunos estudios realizados se ha observado una predisposición racial a ciertas conductas. Tenemos en la conducta de perseguirse la cola al Pastor Alemán y al Bull Terrier; en la dermatitis acral por lamido en las razas de Labrador, Doberman, Akita, Maltés, Dálmata, Setter Inglés, Shar-Pei, Schnauzer Mediano y Weimaraner, entre otras.
Primero, se debe descartar que la estereotipia no está provocada por una causa orgánica.