Los perros son, sin duda, el animal de compañía favorito en nuestro país. Pero la llegada de la época estival convierte a esos desinteresados amigos en un estorbo, especialmente al planificar las vacaciones.
En nuestro país se abandonan anualmente alrededor de 125.000 perros. Parte de ellos consigue regresar a su hogar, pero el resto son sacrificados o mueren atropellados o desnutridos. El maltrato a los animales que se registra en nuestro país nos aleja de una Europa mucho más concienciada. De poco sirven las campañas de sensibilización que se lanzan cada verano para concienciar a los ciudadanos. El delito está contemplado como falta muy grave en la mayoría de las comunidades y conllevan unas sanciones que oscilan entre 300 y 18.000 euros.
Existen diversas opciones, tales como dejarlo con un familiar o un amigo, o llevarlo de viaje con nosotros, para lo cuál el animal debe estar en perfecto estado de salud y tener la cartilla sanitaria en regla. También debemos de asegurarnos de llevar su comida habitual y todos sus enseres como comederos y juguetes, para que nuestro perro se sienta lo más cómodo posible.
Otra alternativa es contratar el servicio de una residencia canina. Aunque en un principio pueden no parecer baratas (cuestan en torno a 10 euros diarios), conviene recordar todo lo que en ellas harán por nuestra mascota: le cuidarán, alimentarán, pasearán y lo mantendrán limpio. En ocasiones, la primera vez que pase unos días en la residencia canina el animal puede presentar un cuadro de depresión leve. Puede dejar de comer, pero en unos días lo asumirá.
Las residencias caninas se convierten, en la mejor opción para las vacaciones de nuestra mascota, accesible para el bolsillo y sobre todo respetuosas con el animal.
Hay que fijarse en detalles que verdaderamente importan y que dan idea de cómo será tratado el perro en ausencia del propietario. Hay que solicitar hacer una visita para ver las condiciones reales. Mirar los boxes donde se alojan a los perros. El espacio mínimo aconsejable está alrededor de los 15 m2, por supuesto que estén limpios y cuenten con buena luz. Echar un vistazo a la comida que se les proporciona, y al ser posible que le proporcionen la misma marca que come habitualmente.
El espacio reservado al esparcimiento de las mascotas para poder correr, hacer ejercicio y jugar es importante que sea grande y que tenga lugares de sombra.
Entre las últimas tendencias se pueden citar los spas caninos, con tratamientos de relax para los perros, y las escuelas de adiestramiento. En éstas se aprovecha la estancia para enseñar alguna norma de educación al perro.